El artista plástico Nicolás Salazar llega a Independencia con sus sorprendentes esculturas de acero reciclado a escala humana.
A sus 27 años, es padre de un hijo de 3 y trabaja como guardia de seguridad en el Cementerio General. Pero su esmero es llegar a ser reconocido como lo que es: un talentoso escultor del metal que utiliza la figura antropocéntrica como referencia.
“El trabajo duro y la paciencia todo lo pueden” nos dice Nicolás, quien aprendió el oficio de soldador en la Fundación Cristo Vive, de la Hermana Karoline Mayer. Él buscaba una profesión que le diera dinero para vivir, pero lo que encontró fue mucho más allá de eso. Su primera experiencia como escultor fue creando una mano (Auxilio, 2014), interpretando el sentimiento de desesperación y la necesidad de pedir ayuda; reinterpretando su situación personal de aquel entonces.
Sus obras, que ya se han expuesto en Recoleta y Conchalí, son construidas sobre un molde de yeso para el cual, la mayoría de veces, se utiliza él mismo como modelo. Los elementos son reciclados del suelo, de regalos de quienes lo conocen y apoyan su trabajo, y también de barracas de fierro que recorre con fiel dedicación, escogiendo cada una de las piezas que utilizará en el proceso.
“El proceso de creación es una idea que cae a mí espontáneamente. Pienso sobre ella durante semanas, a veces meses. Siempre pienso en qué es lo que voy a hacer a futuro, pero el proceso de creación es difícil y me limita a trabajar durante más o menos 6 meses en cada pieza de gran tamaño”, nos cuenta el artista cuyo máximo referente es Sergio Castillo, Premio Nacional de Artes Plásticas 1997; escultor y académico de la llamada Generación del Cincuenta.
Para Nicolás, hasta ahora la creación más importante y representativa de su trabajo es “Dicotomía” (2015). “La piedra en la mano simboliza el problema y el acero es el humano alrededor de él. Pensando, observando, cargando la preocupación sin ver nada más que eso… y es por eso que está incompleto, deshaciéndose. A su vez, la solución es el mismo humano que es más trascendente que el problema”.
La exposición “Humano de Acero” permanecerá abierta del 6 al 27 de octubre 15 de diciembre, en la Biblioteca Pública Pablo Neruda. La entrada es liberada.