Av. Independencia 565
Monumento Histórico
Decreto Nº 646 (1984)
Decreto Nº 175 (1985)
Esta fábrica fue la primera en contar con maquinaria moderna para la elaboración de cerveza y en crear numerosos puestos de trabajo, razón por la que en 1984 el Consejo de Monumentos Nacionales la declara Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico reconociéndose, además, como uno de los íconos del desarrollo industrial chileno.
El edificio original, supuestamente concebido por el arquitecto alemán Adolfo Möller, perteneció a Valentín Koch, quien en 1850 fundó una pequeña cervecería en la ribera norte del Río Mapocho. Posteriormente, en 1869 la cervecería pasó a manos de Adolfo Bohlmann, quien adquirió la fábrica de Koch tras su muerte, bautizándola como fábrica de cerveza «La Estrella». No obstante, el negocio no prosperó y la propiedad pasó a manos del Banco Nacional de Chile, quien la subastó siendo adquirida por Andrés Ebner en 1880.
Entre los años 1885 y 1888 Ebner se propuso renovar la propiedad y darle un uso mixto, ubicando en el primer nivel las oficinas y en el segundo la residencia familiar. El establecimiento ocupó una superficie de 18.000 m2, en su interior se encontraban numerosos edificios y departamentos creados en función de las necesidades de la producción. En el equipamiento se contaban: molinos, cubos de 2.000 y 25.000 lt. de capacidad, cubas de fermentación, aparatos para la filtración de la cerveza y máquinas de frío. En esta fábrica llegaron a trabajar más de 800 operarios.
La empresa Ebner fue innovadora para su tiempo. Su principal producto, la Pilsen Ebner, cubría el mercado nacional y se exportaba a Perú, Ecuador y Argentina. Además, destacó como la primera productora de hielo al por mayor, llegando a producir 50 mil kilos al día. En 1902 introdujo la gaseosa Bilz en el mercado chileno. Esta bebida no alcohólica, creada por el naturópata alemán Friedrick Eduard Bilz, se comercializaba resaltando sus supuestas propiedades digestivas y casi medicinales.
Después de la muerte de Andrés Ebner en 1905, la fábrica pasó a manos de sus hijos, quienes en 1916 deciden traspasarla íntegramente a la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU). La fábrica se mantuvo operativa hasta 1978, año en que el complejo industrial fue totalmente desmantelado.
En la actualidad, del edificio solo se conserva parte de la fachada y la torre, debido a que en el terreno se construye un Museo de la cerveza y el futuro Mall Barrio Independencia.