Hace pocos días nos dejó uno de los más reconocidos futbolistas que el Barrio Independencia haya conocido. El recordado Carlos Campos, quien por muchos años fue un vecino más, que pululó por las calles del Barrio Vivaceta, en su ir y venir desde su casa en calle Freirina 1868 a los entrenamientos y a la cancha.
Apodado el “Tanque”, por su envergadura física y la frialdad a la hora de definir frente al pórtico, fue uno de los grandes cabeceadores que conocieron las canchas nacionales, siendo el goleador máximo del “Romántico Viajero” con 199 anotaciones, más goles de juego que Paredes o Chamaco Valdés, que como goleadores del fútbol chileno, marcaron más del 10 % de sus goles desde el punto penal, a diferencia del delantero azul, que solo marcó goles de juego. Constituyéndose, no solo como uno de los mayores goleadores del club Universidad de Chile, sino también del fútbol chileno.
Caracterizado por la “Revista Gol y Gol” por ser uno de los delanteros más “entradores y peligrosos del balompié nacional”, el Tanque se convirtió en uno de los máximos referentes del Ballet Azul con quien bajo nueve estrellas. Asimismo, fue máximo goleador del torneo nacional en tres oportunidades, además de ser parte del plantel Mundialista de 1962.
Carlos se hizo merecedor de muchos records, pero, quizás uno de los más recordados por el contexto en el cual se situó el partido, fue el de los 3 goles que le marcó a Colo Colo en un clásico. La anécdota cuenta que varios días antes él había solicitado permiso para casarse, el 20 de enero, el “día del roto chileno”, autorización que le fue concedida porque hasta entonces no había partido; la problemática surge al momento que los dirigentes le anuncian que el partido contra los albos, se había adelantado para el mismo día de su casamiento.
El Tanque, un vecino conocido, aprovechó su cercanía con el cura de la iglesia La Estampa, para aplazar la boda, sin tanta complicación. Los efectos de esta circunstancia las sufrió Misael Escuti, Campos cuenta que los hinchas rivales le gritaban enardecidos “porque no te casaste guevon” y le tiraban naranjas, que él recogía y se las comía.
Las calles de Independencia fueron testigos de las caminatas de Campos, quien por décadas vivió en las cercanías del Teatro Libertad junto a su compañera de toda la vida Carolina, con quien años más tarde emigró a Ovalle. A los 83 años, en la madrugada del pasado miércoles 11 de noviembre, en la ciudad del Norte Chico, dejó de existir el goleador del Ballet Azul, un ídolo que se convirtió en leyenda, una que será recordada como parte de las estrellas más brillantes en el firmamento Azul.
Adaptado del libro “Barrio Independencia en la Cuna del Fútbol Chileno”. Dante Figueroa, Noche Unánime Editores, noviembre 2020.