Una joven Fresia recorrió y vivió en las calles de Independencia desde muy joven. Fue conocida como la Brenda Lee chilena, en alusión a la cantante norteamericana que, durante la década del sesenta, popularizara su canción “I´m sorry”. Con solo 21 años, Fresia se consagrará como una artista de renombre gracias a su triunfo en el Festival de la Canción de Viña del Mar en el año 1967, con la canción “Cuando rompa el alba” compuesta por Willy Bascuñán.
Era una época en donde la industria musical nacional, según Memoria Chilena, se adscribía a “las melodías derivadas rock & roll estadounidense o la beatlemanía inglesa, ambos portadores de estilos, vestimentas, y formas de comportamiento que los jóvenes chilenos pretendieron emular, agregando, por cierto, elementos propios de la idiosincrasia local”. Éste movimiento musical fue estimulado con la acción de productores y programadores de discos, quienes tuvieron un rol fundamental a través de las audiciones. Así, la radio, junto a la televisión, contribuyen a masificar a músicos nacionales que darían vida a lo que se conoció como “La Nueva Ola” que agrupó, entre otros, a intérpretes como Buddy Richard, Pat Henry, Cecilia, y The Ramblers.
Fresia Soto fue una de las mujeres que más destacaron en el movimiento musical de la “Nueva Ola”; según relatos de los vecinos del barrio, vivió durante más de dos décadas en una casa en la vereda nor poniente de calle Independencia esquina Domingo Santa María.
Reconocida como una vecina muy afable y risueña, la cantante conocía el barrio, ya que antes había residido en calle Fermín Vivaceta cercano a las calles Sevilla y San Luis.
Al igual que gran parte de las artistas de su época, Fresia Soto se inició muy temprano en los escenarios, así ya a sus 12 años cantaba en el colegio temas en español, pasando luego de un tiempo a cantar canciones en inglés. Hay relatos de las estudiantes del liceo Valentín Letelier, que la recuerdan en los festivales que hacía el liceo Nº de 4 de Recoleta.
Fresia, como muchos cantantes de la “Nueva ola” comenzaron cantando en inglés; así lo recuerda la página “Butaca Chile”, quien reconoce en el programa el “Calducho” de radio Portales, el lugar que la cantante estrenó el repertorio de la norteamericana Brenda Lee, interpretando temas como “Saltemos el palo de la escoba”. Eran los inicios de la década de los sesenta, y desde ese instante sus admiradores la bautizaron como la Brenda Lee chilena.
Posteriormente, Soto pasó al sello RCA donde grabó “Para mi eres divino” y “Nunca es demasiado tarde”, dos canciones muy conocidas en esa época. Luego pasó al sello DEMON grabando “La bamba”, “Desencadena mi corazón” y “Corazón de melón”. Su carrera siguió en el sello Phillips donde grabó varias canciones que no fueron grandes éxitos, pero que la mantuvieron vigente.
Como actriz actuó en “La pérgola de las flores” de Isidora Aguirre en el papel de la Carmela. Más tarde como vedette actuó con gran éxito en el teatro Bim Bam Bum. Durante la década de los ochenta, luego de varios pesares personales, viajó a Estados Unidos donde se estableció, años en que poco o nada se supo de su voz y su peculiar estilo. Fue solo en el año 2017 en que la página Cambio 21 le hacía una nota que la situaba de regreso en Chile desde diciembre del 2016, luego de su periplo por Norteamérica por más de treinta años, que se escuchó de nuevo su nombre en la prensa. Hoy con poco más de 74 años, vive un olvidado retiro, alejado de los escenarios en los cuales brilló. Sus canciones perdurarán a través del tiempo y su recuerdo como la primera exponente de la nueva ola chilena y vecina del Barrio Independencia seguirá presente en la memoria colectiva de los vecinos.