
Desde la década de los veinte, la vida urbana de la Av. Independencia se vio enriquecida por la presencia de edificios de teatros que también fueron escenario de innumerables acontecimientos cotidianos, contribuyendo a la construcción de una memoria y sentido de identidad de los habitantes de la comuna.
El Teatro Valencia, situado en el borde oriente de la Plaza Chacabuco, extendió la dinámica urbana a los otrora nuevos sectores de la Av. Independencia conformando, en conjunto con el Estadio Santa Laura y el Hipódromo Chile, un foco para el crecimiento residencial.

Fuente: Diario Ilustrado, abril de 1936.
Inaugurado el 3 de abril de 1936, fue considerado en su momento una obra arquitectónica de adelanto para los barrios Lo Negrete e Hipódromo Chile, que no contaban con una sala de espectáculos de estas características.
Recibió su nombre en honor a su propietario, el político Absalón Valencia, que en ese momento ejercía el cargo de alcalde de Santiago, habiendo anteriormente desempeñado el de ministro de Justicia e Instrucción Pública, ministro de Obras y Hacienda, diputado por Santiago y senador por Valdivia.
El arquitecto responsable del proyecto fue Juan Morales García. La administración del recinto en un inicio fue encomendada al conocido empresario cinematográfico José Berio Viani, quien anteriormente estuvo a cargo del Teatro de Providencia y que gestionaba las concesiones del inmueble.

Con una capacidad para tres mil personas, el edificio principal pertenece a la tipología de sala de teatro y cine, consistente en una gran nave en la que se disponen las zonas de platea, balcón y galería. Enfrentando perpendicularmente la caja escénica, la sala de proyecciones acusa la función de cinematógrafo del inmueble. Poseía, además, un moderno sistema sonoro de la reconocida compañía norteamericana de ingeniería eléctrica Western Electric, a lo que se sumaban sus proyectores Simplex.
El teatro cuenta con los recintos de servicio y antesala a las instalaciones del público. El acceso se produce desde Av. Independencia mediante un vestíbulo que antecede a un foyer, espacio característico de la tipología, que permite el ingreso al sector de la platea y balcón; diferenciado de la entrada a la galería que se presenta independientemente por calle Santa Laura.

El conjunto arquitectónico también alberga dos locales comerciales, que se disponen de manera lateral al acceso principal, en directa relación con la Plaza Chacabuco.
Su materialidad es de estructura de pilares, losas y vigas de hormigón armado y cerramiento de muros de albañilería que, en la fachada y contorno de la gran sala, se expone a la vista. El edificio carece de elementos ornamentales, y su geometría de formas simples se ajusta a la definición funcional de los recintos.
El Teatro Valencia estuvo en funcionamiento hasta 1972, constituyendo un espacio que enriqueció el acceso a la cultura y esparcimiento, no solo para los habitantes del sector de la Plaza Chacabuco, sino también para las nuevas áreas residenciales en el borde norte de la ciudad, que hoy conforman las comunas de Conchalí́ y Huechuraba.
En la actualidad, su estado de conservación presenta signos de deterioro y ha cambiado de destino, albergando un templo evangélico.
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Este texto ha sido editado de su original, publicado en el libro “Arquitectura patrimonial de Independencia, una mirada histórica y urbana desde el siglo XXI”, de la Editorial Ocho Libros (2019). Estudio realizado por Independencia Cultural, a cargo del historiador Dante Figueroa, y de los arquitectos: Alicia Campos, Patricio Duarte, Antonio Sahady y Macarena Cares.