GABRIEL SALAZAR VERGARA EL HISTORIADOR QUE NACIÓ EN LA MONTT

Es probablemente el vecino más connotado de la población Manuel Montt, no solo por los galardones que ha alcanzado en su vida, como el Premio Nacional de Historia adjudicado el año 2006, sino porque, además, su trabajo ha impactado la historiografía nacional siendo uno de los fundadores de la Nueva Historia Social. En efecto, su visión histórica desde la perspectiva «de los de abajo», centra la visión en los sectores populares, fijando el centro de estudio en los trabajadores del campo y la ciudad.

Gabriel Salazar de niño. Archivo familiar Gabriel Salazar

Don Gabriel es autor de más de una treintena de libros, se formó en las calles de la población Manuel Montt, así el menor de los Salazar nacido en el año 1936 pasará importantes momentos de su vida en el barrio de los choferes de taxi, y cómo no, si su padre Benito había llegado a vivir al barrio en 1928 cuando compra la propiedad localizada en calle Los Ángeles Nº 2450 (antiguo Nº 2810), instalando allí un taller mecánico.

Libreta de pagos de Benito Salazar. Archivo familiar Gabriel Salazar.

Benito, autodenominado como un escribano, dejó registro de más de 30 años de su vida y los distintos sucesos que la envolvían. Tanto así, que su libreta de apuntes, minuciosamente elaborada fue publicada por su hijo Gabriel en el año 2008, dando vida al libro “Memorias de un peón gañán” de LOM ediciones. El texto recopila las historias de la familia Salazar y del acontecer de la comunidad, allí es posible leer sabrosas anécdotas como las del retén de Carabineros de calle Pinto esquina Vivaceta, en donde el tío de Gabriel fue a parar, luego de atropellar al sargento.

Portada del libro “Memorias de un Peón Gañán”

Los apuntes de Benito y relatos de Gabriel nos cuentan del grupo de los “Taca Taca”, un grupo de 12 o 15 obreros, quienes se reunían cada tarde en la esquina de calle Cuatro Norte a conversar, hacer chistes, flirtear con las niñas que pasaban y hacer viajes esporádicos al “depósito de bebidas alcohólicas”, como contara el historiador en la crónica de su padre.

Gabriel, el menor de nueve hermanos, estudió en el colegio Miguel Rafael Prado y como el “benjamín” de la familia, fue criado con mucha cercanía con su madre Laura, por ello, fue muy cercano a la labor de caridad que ella practicaba. Junto a ella, él pudo percibir el sentimiento de angustia que se apoderaba de su progenitora ante el sufrimiento del prójimo. Esta situación, sin duda, acercó a Gabriel con la cruda realidad de la pobreza y el desamparo, carencias humanas que su madre intentaba paliar mediante la acción asistencial que a diario tenía trabajando por la “Acción Católica”. Así, a diario ella alimentaba a un hambriento, escuchaba a un necesitado o socorría a un enfermo.

Estos frecuentes recorridos junto a su madre por la población y su cercanía a las poblaciones callampa del sector, entorno inundado de estas expresiones básicas de habitación, marcaron a Gabriel, el ver las imperiosas necesidades de las personas que allí vivían, le hicieron cuestionar el mundo, la sociedad y buscar una explicación y una acción más allá de los rezos de su madre.

Gabriel Salazar en su adolescencia. Archivo familiar Gabriel Salazar.

Don Gabriel recuerda que su madre era súper querida por los “callamperos”, debido a que en su vocación cristiana y católica hacía las veces de visitadora social, llevando comida y medicamentos, misión en la que él servía de compañía: “Todavía tengo clarito el día en que me llevó a visitar a un “callampero” que estaba muy enfermo en su ruka, porque era una ruka, y tuvimos que entrar gateando a la ruka y ahí estaba la cama al tiro. Ella lo atendió, tenía mal olor y todo. Ella era muy querida. Por eso cuando se murió fue toda una delegación de “callamperos” que se mandaron un discurso muy bonito”. (Revisar “Las poblaciones callampas en Independencia”, Independencia Cultural, 2021).

Población La Nueva Matucana. Domingo Ulloa, 1954.

Hay que recordar que la población Manuel Montt, antiguamente constituida por los choferes hacia el sur y los Tranviarios hacia el norte, se emplazaban en medio de un predio que a su alrededor no tenía mucho más que las cercanías del río Mapocho y terrenos que se fueron habitando de manera espontánea con personas de escasos recursos. Así, hacia el lado del sur estaba la población Colo Colo y la Nueva Matucana, y hacia el norte, muy próximo a la calle Bartolomé Flores (actual Baldomero Flores) la Población El Pino. En tanto, por el sector oriente colindaba con el antiguo temido “callejón de Las Hornillas”, actual calle Vivaceta, plagado de conventillos o cités.

En este vasto terreno, en la década de los cuarenta se edificará el conjunto habitacional de la Juan Antonio Ríos. No obstante, durante la niñez de Gabriel, ese sitio eriazo estaba ocupado por los habitantes de la población callampa de “El Pino”. Esta forma de habitar, tan común hasta la década de los ochenta cuando la dictadura erradicó la mayoría de esta población y re instaló en la periferia de la ciudad. La población callampa, localizada en la antigua Chacra El Pino era una de las más grandes que existía cercana a la ribera norte del río Mapocho y según datos de la Encuesta del Servicio Social de la Dirección General del Trabajo, de agosto de 1949, en el emplazamiento de la población El Pino había 829 piezas, 550 familias que sumaban un total 2.591 habitantes. Esta última era una de las más numerosas de Santiago.

Salazar describirá, en la entrevista a la Revista Pensamiento Crítico el año 2003, de la siguiente manera a sus vecinos: “la esquina de mi casa que era una calle más ancha, con árboles, se convirtió en una especie de Plaza donde llegaban todos los vagabundos, ni siquiera callamperos, vagabundos que allí chupaban con la guata al aire y peleaban a cuchillo. Podrán comprender que mi visión de todo eso era de un Chile pobre, podrido, lleno de borrachos, cantinas, conventillos, venta de licores, eh… casa de putas, no había muchas por allí, estaba la «Carlina» por Vivaceta. Colindábamos además con el río Mapocho, donde estaban los puentes y los niños chicos debajo de los puentes y, al otro lado, la cárcel y al otro lado, el barrio chino de Bandera en la calle Bandera. Entonces era un sector que, como dice un amigo, era el poto de Santiago”.

Gabriel conoció desde niño cada lugar de la población, así como sus entornos próximos, como era el Parque Tranviario, al cual acudía a estudiar una vez que ingresó a estudiar a la Universidad. Este parque estaba a continuación del Estadio de Lo Sáez, un amplio predio casi en exclusiva para los habitantes del sector, por aquellos años. Estos recorridos cotidianos, se acabaron, una vez que el menor de los Salazar se casa el año 1958, unión que se ha mantenido ya por más de seis décadas.

Periódico El Siglo, noviembre de 1945.

El vínculo de Gabriel con la Población concluye una vez que su hermana Laura Ester, profesora, fallece en el año 2004, es allí cuando el Premio Nacional de Historia termina su conexión material con la casa de calle Los Ángeles que compró su padre Benito. No obstante, el Premio Nacional, ha ido en varias ocasiones a estos antiguos barrios, apoyando diversas actividades de las comunidades, demostrando una excelente voluntad con los vecinos del barrio. El año 2018 asistió al salón parroquial de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, donde se realizó el conversatorio “La vivienda social en Chile: poblaciones Manuel Montt y Tranviarios, a propósito del proyecto Quiero Mi Barrio, en el marco del mes del patrimonio en Independencia.

Gabriel Salazar en conversatorio. Independencia Cultural, mayo 2016.

El profesor Gabriel, recorrió un largo y sistemático camino antes de obtener el Premio Nacional de Historia pues, además es titulado en filosofía y sociología y fue ayudante universitario de los connotados historiadores Mario Góngora y Héctor Herrera Cajas, para luego ejercer docencia en la Pontificia Universidad Católica. El proceso social vivido antes del gobierno de Allende, lo incentiva a ingresar al MIR. Llegado el Golpe de Estado es hecho prisionero y pasa por los campos de concentración de Villa Grimaldi y Cuatro Álamos para luego partir al exilio a Inglaterra. En la tierra del “Big Ben” obtiene el título de Doctor en Filosofía en Historia Económica y Social en la Universidad de Hull.

Gabriel Salazar Vergara, el antiguo vecino de la Población Manuel Montt, es hoy una de las voces más influyente de la historiografía chilena de fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, un orgullo para su población y para todo el barrio Independencia.

Nota: Este artículo es una adaptación del texto Población Manuel Montt, Tranviarios y Choferes una experiencia compartida de vivienda obrera en Independencia” de Dante Figueroa y Annette García, junto a la Corporación de Cultura y Patrimonio de Independencia, en el marco del Programa Quiero Mi Barrio, MINVU. Mas otros textos y entrevistas al Premio Nacional.

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