“DECLARACIÓN ARTÍSTICA” ROBERT LUXAMA

Es obvio que el amor es un tesoro que no se compra, porque es invaluable. De tal manera que la naturaleza nos ama de un infinito e incalculable amor, que si hubiera sido posible devolverse un tal acto de gratitud no se haría de la mejor forma que de contemplar hasta los mínimos detalles de sus eternos encantos. ¿Acaso plasmar hasta esos extremos detalles no han sido siempre la función del Arte y la lucha de los Artistas durante todos los siglos hasta hoy en día con esta Exposición de Arte?

“EROCRACIA” como Proyecto de Arte tampoco es autónomo de esta ideología, sino más bien un enfoque no solo en la naturaleza, sino también en la activación sensorial a la exaltación de las maravillas de la misma; a través de las vías románticas, rítmicas, sensuales, coloridas, hasta con un toquecito de erotismo para lograr un discurso pictórico divertido sin quitarle la gracia artística y el compromiso del oficio. Confieso que eso no es algo nuevo en el arte pues que varios Maestros del arte clásico y el arte moderno como: Nicolás Poussin, Peter Paul Rubens, William Tuner, Willem De Kooning entre otros, lo han testificado en sus obras al igual que yo.

Las palabras “Eros” y “Burocracia” me ayudaron a dar luz a “Erocracia” para nombrar el proyecto. También es en parte la raíz de los temas con los que he realizado las 25 obras de esta muestra que está dividida en cinco series de trabajo: “Grandes Encuentros de la Naturaleza”, “Entre pololos y Pololas”, “Complacencia y Naturaleza”, “Frutas de la Erocracia” y “Woman, No Cry” (Mujer, no llore). Las técnicas son de pintura acrílica sobre tela y sobre madera de medidas variables. Colores y manchas, partiendo desde un expresionismo hacia el abstraccionismo o viceversa, son solo partes de los recursos visuales que cuentan los trabajos que verán a continuación.

No prometo llevarles al Infinito, puesto que para eso me haría falta comprar una estrella al cielo para usarla de vehículo, pero sin duda las obras que están expuestas aquí prometen llevarles, más bien, a una aventura pictórica de las más placenteras hacia el Caribe, en particular a la cultura haitiana. ¿Por qué no? si a pesar de que no se puede comprar el amor ni ir a al Infinito, se puede disfrutar del Arte mientras respiramos este precioso aire que nos ofrece nuestra encantadora Madre Naturaleza.