Prontos a finalizar las capacitaciones en Fomento Lector y Gestión Bibliotecaria, los participantes del proyecto comparten parte de su experiencia como futuros mediadores de lectura.
Este segundo semestre la Biblioteca Pública de Independencia se ha convertido en el centro de operaciones para el despegue de un proyecto muy especial. Se trata de «Baúl viajero», una iniciativa de extensión bibliotecaria que llevará el mundo de la lectura a las salas de espera de cuatro centros de salud municipal, propiciando espacios de encuentro para que parte del tiempo que tardan los usuarios en ser atendidos sea más agradable.
El proyecto, impulsado por la Corporación de Cultura y Patrimonio de Independencia en colaboración con el Departamento de Salud municipal y financiado por Iberbibliotecas, consta de dos grandes fases. La primera de ellas consiste en la formación de 15 mediadores de lectura seleccionados tras un proceso de convocatoria llevado a cabo en el mes de junio.
Hacia finales de agosto, después de seis semanas de capacitación en Fomento Lector y Gestión Bibliotecaria, los participantes de «Baúl viajero» habrán desarrollado nuevas habilidades y reforzado su pasión por la lectura como herramienta de transformación social. “Me siento feliz. Hace mucho tiempo que buscaba un proyecto donde canalizar mis intereses, donde sentirme cómoda con gente con la que compartimos inquietudes y donde, además, me han ayudado a sacar algunos talentos”, confiesa Ana María Moreira, profesora jubilada, antes de salir a visitar el Centro de Salud Mental (COSAM) Independencia. Este es uno de los cuatro centros donde se desplegará el proyecto junto con el Centro de Salud Familiar (CESFAM) Agustín Cruz Melo, el CESFAM Juan Antonio Ríos y el Centro Comunitario de Salud Familiar (CECOSF) Las Enredaderas.
Una mirada integral a la mediación lectora
La visita al COSAM tuvo como propósito realizar un ejercicio de observación para comprender “cómo funciona, cómo se mueve, y cómo es una sala de espera en un centro de salud, que es donde se van a instalar los baúles viajeros”, explica Sebastián Santander, profesor del módulo de Gestión Bibliotecaria. “El objetivo de este laboratorio es que los participantes descubran primero el mundo del libro y las bibliotecas, para luego aplicar ese conocimiento en los espacios que van a estar atendiendo”, añade.
Santander, bibliotecario documentalista y consultor en Bibliotank, entidad especializada en la promoción de la lectura, el libro y las bibliotecas, destaca que la mediación lectora debe concebirse como un oficio integral. “En general, cuando hablamos de mediación de lectura, parece que se limita al ejercicio de leer. Sin embargo, también abarca otras prácticas como la escritura y la oralidad, que junto a la lectura forman una tríada esencial para enfocar las acciones dirigidas a las comunidades y su vínculo con el mundo del libro”, concluye.
Voces de los futuros mediadores
Jimena Pacheco comenta que le «encanta» contar cuentos y ejercer el rol de mediadora de lectura. Explica que decidió postular a la convocatoria porque encontró «fascinante un proyecto tan innovador como llevar la lectura a un centro de salud, a un lugar donde las personas están esperando, a veces en situaciones complicadas». Con 26 años de experiencia docente y madre de un hijo de siete, señala que ya ha intervenido como cuentacuentos en labores de mediación, «pero nunca en un centro de salud». Como residente de Santiago Centro, menciona que frecuenta su consultorio y que siempre se ha imaginado haciendo allí algo relacionado con los cuentos. Destaca que lo que más está disfrutando es el «descubrir nuevos autores y explorar un mundo que se abre ante mí”. En tanto, lo que más la ha emocionado “es haber sido seleccionada», remata.
Por su parte, Álvaro Rivas, con un Magíster en Historia de América Latina, menciona que se embarcó en este proceso de formación para explorar una «veta profesional ligada a los espacios de mediación». Añade que lo que más le interesa es «el trabajo con la corporalidad y los tonos», áreas en las que siente que tiene más por desarrollar. Estas herramientas se abordan en el segundo módulo dedicado a la narración oral, el cual está a cargo del colectivo Cuentos del Mundo y Otros Lares, conformado por Marcia Marchant y Meli Erazo.
Descubrir los propios talentos
Erazo explica que el objetivo principal del curso es «transmitirles la metodología de trabajo a los y las participantes del taller. Principalmente, acercarles a la narración oral a través del juego, pero también a través de un trabajo teórico, y que cada uno pueda descubrir sus propias particularidades”. Marchant agrega que además de que “adquieran confianza en sí mismos”, se trata de proporcionar estrategias y consejos prácticos que les permitan «desarrollar una historia, presentarla, y, al mismo tiempo, entender conceptos como fomento lector y mediación lectora». Además, enfatiza en la importancia de que los participantes «adquieran las aptitudes necesarias para presentarse finalmente en los consultorios».
Próximos pasos: la selección de los mediadores y el lanzamiento del proyecto
En cuanto a la selección final de los mediadores, Marchant admite que la decisión será «muy difícil, porque es un grupo humano con muchas habilidades y una gran apreciación por la lectura y el fomento lector». Solo cuatro personas serán seleccionadas para continuar como mediadores de «Baúl viajero» en los centros de salud, lo cual, según ella, «resulta complicado debido a la riqueza de talento que el grupo ha mostrado en este camino hacia la narración oral».
El próximo lunes 9 de septiembre se llevará a cabo el lanzamiento oficial del proyecto en un evento que marcará el inicio de una nueva etapa en la que la lectura y la imaginación se integrarán a la vida cotidiana de las salas de espera hasta, al menos, marzo del próximo año.