El Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH), fundado en 1935, es una de las organizaciones más emblemáticas en la historia de la lucha por los derechos civiles y políticos de las mujeres en Chile. Sin embargo, su creación no fue un hecho aislado, sino la culminación de una serie de esfuerzos liderados por mujeres que, desde finales del siglo XIX, buscaron abrir espacios de participación y reconocimiento en una sociedad dominada por estructuras patriarcales.

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Uno de los hitos que marcó el camino hacia la emancipación femenina fue el Decreto Amunátegui de 1877, que permitió a las mujeres rendir exámenes de bachillerato. Este decreto fue fundamental para que Eloísa Díaz y Ernestina Pérez se convirtieran en las primeras mujeres en graduarse de la carrera de Medicina en Chile, un logro que también las posicionó como pioneras en varios países del Cono Sur. Pese a que este decreto lleva el nombre de Miguel Luis Amunátegui, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública durante el gobierno de Aníbal Pinto, y un liberal convencido de la participación de la mujer en espacios educativos, lo cierto es que este hecho fue liderado por mujeres; principalmente provenientes del mundo de la educación, entre ellas, Isabel Le Brun y Antonia Tarragó.


La primera de ellas, Isabel Le Brun, fue docente y fundadora del Liceo Recoleta (que posteriormente llevaría su nombre). Este liceo contó, desde sus inicios, con enseñanza secundaria para mujeres y en sus aulas se formaron Eloísa Díaz y Ernestina Pérez. De acuerdo a Sara Guerín, también docente y feminista, “consiguió la directora, después de un rudo batallar, atraer la atención pública y provocó polémicas en la prensa y el congreso, con el fin de obtener que se permitiera a la mujer validar sus exámenes ante comisiones universitarias y poder recibir títulos profesionales. Logró éxito en sus gestiones ese mismo año” (Guerín, 1928).
Antonia Tarragó también fue docente y ya en 1872 había elevado la solicitud para que sus estudiantes pudieran rendir los exámenes de bachillerato. Ante la negativa, Isabel y Antonia se unieron en 1876 para iniciar la discusión pública sobre este derecho.

Tras este logro, otros grupos de mujeres formaron organizaciones donde se discutían y debatían temas vinculados con las libertades de las mujeres. Entre ellas destacan el Club de Señoras, un espacio que surge con un propósito intelectual en mujeres de la clase alta, quienes desean leer, escribir y discutir sobre la literatura, pero cuyas lecturas derivan en conversaciones políticas y la opresión masculina a la que se ven sometidas por su clase social. Otra organización relevante en estas materias es el Círculo de Lectura, a partir del cual se crea el Consejo Nacional de Mujeres, formada por mujeres de clase media que buscan incidir en la política y modificar las leyes que les permitan participar de este espacio. Por esta razón, en 1922 se funda el Partido Cívico Femenino, partido que se declara libre de tendencia política.

Por cierto, de todas estas temáticas, la del sufragio es una de las más relevantes del siglo XX. Tras todas estas discusiones, surge la idea que una forma de garantizar esa libertad es a través de la conquista de derechos civiles, ente ellos, el del sufragio. Esto se logró parcialmente en 1931 cuando mediante el decreto Nº320, se habilita a las mujeres a participar en elecciones municipales; hecho que se concreta en 1934, pero de manera más o menos experimental y restringida para mujeres mayores de 25 años. Gracias a esta ventana, Alicia Cañas se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de alcaldesa en la comuna de Providencia; a la que le siguió Graciela Contreras en la comuna de Santiago.

Uno de los mayores logros del MEMCH fue la conquista del derecho a sufragio femenino para todos los cargos de elección popular, hecho que se concretó en 1949 durante el gobierno de Gabriel González Videla.
Sin embargo, el MEMCH no se limitó a la lucha sufragista. También promovió la participación de la mujer en la esfera política, lo que permitió que figuras como María de la Cruz, primera senadora chilena, abrieran camino para las generaciones futuras.

El MEMCH tuvo entre sus filas a mujeres de gran relevancia nacional, quienes dedicaron sus vidas a la lucha por la igualdad. Entre ellas destacan:
– Elena Caffarena (1903-2003): Abogada y una de las principales impulsoras del sufragio femenino en Chile.
– Laura Rodig (1901-1972): Pintora, escultora y profesora. Creó la Asociación Chilena de Pintores y Escultores. Diseñó el logo del MEMCH.
– Amanda Labarca (1886-1975): Profesora, escritora y diplomática, cuya labor fue clave en la promoción de la educación femenina.
El MEMCH tiene una profunda conexión con la comuna de Independencia. Incluso antes de establecerse en su emblemática casa de la calle San Luis a la que llegaron en la década de los 90’, el movimiento realizó su Primer Congreso en el Teatro Capitol en 1927. La casa del MEMCH, ubicada en un inmueble histórico de principios del siglo XX, es un reflejo de la forma de habitar la ciudad en esa época y un testimonio vivo de la lucha por los derechos de la mujer.

A lo largo de los años, el MEMCH se mantuvo como una organización activa en los procesos históricos y sociales de Chile. Tras su refundación en 1983, se convirtió en una instancia coordinadora de otros organismos de mujeres. Un hito destacado fue la celebración del Día de la Mujer el 8 de marzo de 1989 en el Estadio Santa Laura, donde más de 2000 mujeres se reunieron para exigir el retorno a la democracia.
Por estas y muchas más razones, la comuna de Independencia contará desde ahora, con un nuevo Monumento Nacional, al reconocerse como parte de nuestro patrimonio nacional, la casa que ha acogido sus luchas y reivindicaciones para las mujeres del país.
